Debilidades del poder
Por Fabián Barros Requeijo
En la vida, el poder suele ser visto como algo lejano, reservado para unos pocos privilegiados. Nos acostumbramos a pensar en él como una serie de muros impenetrables, en lugar de ventanas abiertas a nuevas posibilidades. Sin embargo, mi experiencia personal y profesional me ha enseñado que el poder está al alcance de todos, siempre que tengamos las herramientas para identificarlo y utilizarlo de manera efectiva.
Cuando escribí el libro “Poder desde el no poder”, quise desafiar la narrativa tradicional. ¿Por qué hay tan pocos libros que hablen del Poder de forma concreta? ¿Por qué parece que los poderosos prefieren ocultar sus secretos? Quizás porque el poder, como concepto, tiene un comportamiento caótico. Es complejo, impredecible y, a menudo, desafía la lógica. Sin embargo, es precisamente esta naturaleza caótica la que lo hace fascinante y accesible a quienes saben navegarlo.
¿Qué es el poder?
El poder no es simplemente liderazgo ni dominación. Es la capacidad de enfrentar desafíos importantes y significativos, de lograr resultados que realmente importan. Es también la capacidad de traccionar la realidad en una dirección determinada, algo que depende de tres factores clave:
- Posicionamiento: No es lo mismo ser jefe que empleado, pero el lugar que ocupamos no determina por completo nuestra capacidad de influir.
- Conocimiento: Saber algo que otros no saben o no pueden replicar es una fuente de poder invaluable.
- Emoción: La pasión y la convicción pueden mover montañas, incluso en ausencia de títulos o experiencia.
En un mundo que muchas veces nos paraliza con la idea del equilibrio, prefiero pensar en la tensión. El equilibrio es una ilusión; un concepto que muchas veces nos paraliza. Sin embargo, lo que realmente mueve al mundo es la tensión constante entre fuerzas opuestas. Esta tensión nos da esperanza, porque significa que siempre hay una oportunidad para el cambio.
Cambiar el enfoque
Como sociedad, necesitamos redefinir nuestra relación con el poder. Debemos dejar atrás los discursos vacíos y los modelos de odio que enfrentan a los más vulnerables entre sí. El poder real no consiste en aplastar al otro, sino en construir juntos. No se trata de evitar errores, sino de aprender de ellos.
El poder abusivo no es poder, es manipulación. El poder bien entendido se basa en la capacidad de generar cambios significativos y en la alineación de objetivos individuales y colectivos. En palabras de Mafalda, cualquiera puede hacer una fortuna haciendo harina a los demás, pero ¿cómo lograr el éxito apalancándonos en los demás para un bien común? Ese es el desafío.
Un nuevo horizonte
En el libro, busco derribar la subestimación social que nos limita cuando pensamos que no podemos. Cada uno de nosotros tiene una oportunidad. El poder no es exclusivo de unos pocos; todos podemos encontrar nuestras propias ventanas si dejamos de ver muros.
En última instancia, el poder no es estático ni absoluto. Es relativo, frágil y lleno de posibilidades. Aprender a identificar las debilidades del poder, a cuestionar las etiquetas fáciles y a ver la realidad más allá de las apariencias nos empodera para cambiar nuestras vidas y nuestras comunidades.
Los invito a cada uno a reflexionar sobre cómo pueden redefinir el poder en sus propias vidas. No para dominar, sino para construir juntos un futuro más significativo, más justo y más lleno de ventanas.