Cuando la información no alcanza: el poder está en decidir

Vivimos en una era donde la información dejó de ser un simple recurso para convertirse en el campo de batalla. El poder ya no reside únicamente en el dinero, en los cargos o en las relaciones visibles, sino en la capacidad de procesar datos, distinguir lo esencial de lo accesorio y, sobre todo, de decidir cuando la incertidumbre lo invade todo. En este marco, ¿Cómo liderar la información en tiempos donde lo único seguro es la duda?

El problema no es nuevo, desde hace siglos los líderes debieron actuar sin contar con todos los elementos a su favor. Lo que ha cambiado es la velocidad, ahora el tiempo para decidir es cada vez más breve, los escenarios más cambiantes y las consecuencias más imprevisibles. 

Por esta razón, como sostengo en mi libro Poder desde el no poder, la verdadera fortaleza de un líder no está en disponer de todos los datos, sino en asumir con valentía el riesgo de decidir en medio de la incompletud. Posponer, esperar la certeza absoluta, es una forma de rendición.

Decidir en la incertidumbre exige entender que no se trata de eliminar el caos, sino que radica en aprender a navegar en él. El poder no proviene de controlar cada variable, se basa en reconocer patrones, aceptar la complejidad y, a partir de eso, aprender a trazar caminos. El liderazgo de la información radica en dotar de sentido a lo que parece inconexo, jerarquizar y simplificar lo complejo para poder actuar.

En mi trayectoria, he aprendido que el costo de la inacción es siempre mayor que el de una mala decisión corregida a tiempo. La duda paraliza, erosiona la confianza de los equipos y abre la puerta para que otros, menos preparados, ocupen el lugar de conducción. Hay un punto que considero esencial: liderar la información es también liderar las emociones que ella provoca. Detrás de cada dato hay miedos, intereses y resistencias que deben ser gestionados con inteligencia.
La información es poder, pero solo en la medida en que se transforma en acción. No alcanza con tener acceso a ella, hay que ser capaces de interpretarla y decidir, aun cuando implique equivocarse.